Mi proceso creativo nace de la contemplación.
Todo el tiempo que paso arriba de un velero, observo el paisaje que me rodea.
El cielo, el agua, los reflejos, el horizonte, las estrellas.
Es tan inabarcable, que no lo puedo procesar con el pensamiento.
Sólo lo puedo aprehender con el lado derecho de mi cerebro.
Las imágenes quedan en un inmenso reservorio inmaterial que abre sus puertas, al comenzar una nueva obra.
Te comparto algunas fotos de navegaciones que son mi fuente de inspiración:
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