
Pinto como navego: transitando la incertidumbre guiado por la intuición.
Navegar a vela y pintar un cuadro tienen para mí, algo en común: sé cuándo comienza la aventura, pero no sé cuándo ni cómo terminará.
Me formé como arquitecto y encontré en la pintura un medio para plasmar la conexión que siento con el Río de la Plata.
A lo largo de los años, fui desarrollando un lenguaje propio que refleja la esencia del paisaje y la mirada poética que me inspira al navegarlo. Cada obra cuenta una historia y una travesía interior más profunda.
En las muestras me interesa generar experiencias artísticas con la participación del público, ya que entiendo el arte como un acto creativo que nos vincula con el Dios inmanente de Spinoza.
Mi trabajo fue exhibido en muestras colectivas e individuales –dentro y fuera del país–, y el comentario más recurrente del público es que les transmite paz, la misma que siento al navegar a vela y al pintar en mi atelier de San Isidro.
