NAVEGANDO SUEÑOS es el nombre de una muestra individual y participativa que se realizó en septiembre de 2018 en la Fundación 9,37 Sudestada, Tigre, Buenos Aires.
"Vinimos a este mundo a cumplir nuestros sueños"
El arquitecto Gustavo Porta, quien fuera la mano derecha de Carlos Páez Vilaró durante los últimos treinta años de su carrera, puso a disposición el edificio de la Fundación para la realización de esta muestra, con una sugerencia que fue un desafío: "Chiviló, te ofrezco la galería, pero salí del lienzo!".
En 2016 había realizado la muestra SOLTANDO AMARRAS en el Club Náutico Sudeste y desde ese momento venía trabajando el concepto de que los humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, somos los únicos animales con capacidad creativa. La forma de honrar nuestra existencia en este plano, es crear. Es decir, tener una idea y llevarla a la realidad.
En marzo de 2018 visité el Museo Naval que está a orillas del Río Luján en Tigre, para ver el barco con el que Vito Dumas dio la vuelta al mundo por la ruta de los 40 Bramadores.
Me acerqué para tomar algunas fotos, y al lado del Legh II había una góndola veneciana.
Mi familia paterna proviene de la zona del Véneto, así que despertó mi interés.
Esta góndola, que fue donada por la Cámara de Comercio de Venecia al Club Canottieri Italiani, se llama SUSI AURELIA. Tanto mi padre como yo, tenemos por segundo nombre "Aurelio".
Fue una emoción que atravesó mi cuerpo y comprendí el mensaje: Mis abuelos, y millones de inmigrantes tuvieron un sueño. Querían un mundo mejor para ellos y sus familias y se lanzaron a los barcos que los trajeron a América. Allí surgió el nombre de esta muestra.
Una de las paredes de la sala posterior, tiene una orientación de 39 grados. Si la prolongamos lo suficiente, llegaríamos de Tigre a Venecia. En la pared que mira hacia Europa se proyectaba un video de un velero navegando. La pared opuesta fue ocupada con cerca de mil fotos de inmigrantes identificados con nombre y apellido. Fueros algunos de los que llegaron a principios del Siglo XX para "hacer la América".
En la primera sala, se armó un "Astillero de Sueños". Invitamos a los visitantes a escribir sus deseos en una hoja que luego se transformaría en un barquito de papel.
Cuando estuvieron terminados, se abrió la puerta que comunicaba a la segunda sala, invitando a los participantes a colocar su barquito en el Río de los Sueños, sabiendo que éste desemboca en el Mar de las Realizaciones.
El agua fue provista por las lágrimas de cuatrocientas personas emocionadas.
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